La Casa Propia y la Casa Apropiada

La Mancha de Humedad. Photocollage de Myriam Mahiques

El filósofo Gastón Bachelard (1884-1962) nos dice en su libro ¨The Poetics of Space¨, que hay un viejo dicho, ¨llevamos nuestro hogar con nosotros¨, que contiene muchas interpretaciones. A través de los sueños, los lugares que habitamos en nuestras vidas retienen los tesoros de los días pasados. Nuestra vida es protegida en el pecho del Ser casa.

Siendo la casa de uno cuestión tan importante, no es de extrañar que uno de los primeros ejercicios en la facultad de arquitectura, se aplique a la vivienda del alumno. Luego, la cuestión reside en cómo alcanzar exitosamente el objetivo del ejercicio.

Trabajaba yo como dibujante en un Estudio, casi concluyendo mis estudios. Mi supervisor directo, era un arquitecto que había comenzado a dar clases como docente en la Universidad. Ese día, fue verlo emanar angustia, y comprender que algo andaba mal. Nos cuenta entonces, que la cátedra pidió a los ¨principiantes¨, analizar su propia casa desde el punto de vista del diseño.

Un alumno, expresa en sus dibujos grandes manchas: su vivienda tiene humedad y este problema familiar no lo deja visualizar la finalidad del ejercicio.

¨Mínimos¨ incidentes a lo largo de los años de carrera, hacen que nuestras propias casas pierdan el encanto de la niñez y descubramos que ya no es la casa apropiada.

Y ahí nomás, el docente inexperto lo increpa al adolescente, y le pregunta si no se da cuenta que la humedad es un problema técnico, pero si salta a la vista!, que la planta tiene problemas de diseño, porque la cocina esto, y la habitación lo otro, y cómo es que no lo ha notado?

No fue posible retroceder en el tiempo. El velo se había caído no en los seis años que dan lugar a que el alumno madure, sino en cinco minutos de una corrección. No hubo tiempo de enseñarle, que además, puede aprender de Gastón Bachelard (necesitaría diez o quince años más para dar con su libro); o que también se habla de una estética de la humedad y las ruinas, que es parte del digno envejecer de los edificios. Tampoco hubo posibilidad de pararlo en los pasillos y al menos darle un pañuelo para que se limpie la cara.

El afamado filósofo sostiene que todo lo que intentamos comunicar a otros, es una orientación hacia lo que es secreto, aunque no lleguemos a expresar estos secretos objetivamente.