Arch. Myriam B. Mahiques Curriculum Vitae

Wednesday, October 27, 2010

El empapelado artístico en las paredes de las casas del Virreinato del Río de la Plata

Cuando imaginamos las casas de Buenos Aires en la época colonial, reconocemos su grado de primitivismo, según las han descripto tantos viajeros. José Antonio Wilde, en su libro ¨Buenos Aires desde setenta años atrás¨, ed. 1908, en el capítulo IV da la siguiente descripción:
¨Las casas, aunque en general sólidamente construidas, estaban muy lejos de ser confortables. Por muchos años se edificó en barro, siendo relativamente moderno el uso de la mezcla de cal; muchos revoques se hacían también con barro. En las paredes sólo se empleaba el blanqueo, tanto al exterior como interiormente; la pintura al óleo y el empapelado casi no se conocían, y menos el cielo-raso; los pisos eran generalmente de ladrillo, denominados de piso
Lejos quedan los lujos europeos, sin embargo, hay excepciones.
Tengo el agrado de haber recibido el permiso para reproducir el texto que sigue, publicado en ¨El Virreinato del Río de la Plata. 1776-1810¨, Pág. 47 a 50, edición de la Sociedad Rural Argentina, 1976.
El autor del texto, es el Dr. en Historia  Juan Carlos Arias Divito, cuya principal área de investigación desde el año 1976, es la Renta de Tabacos y Naipes de la época del Virreinato del Río de La Plata. El Dr. Arias Divito, halló que algunos de los libros contables del organismo –actualmente en el Archivo General de la Nación- están forrados con antiguos papeles pintados, lo que despertó su inquietud sobre el tema y lo investigó más profundamente.
Las fotos reproducidas aquí son de su autoría y se requiere su permiso para reproducirlas. Algunas de ellas fueron presentadas en el Museo de la Ciudad con el título ¨El color invadió techos y paredes de las casas porteñas¨, en agosto de 1997.

Ésta foto del Dr. Arias Divito me intriga personalmente en el doble uso de la escala. Por las guirnaldas, la mujer se vería en un desnudo absoluto, pero el tema se simplifica al transformarlo en soporte vertical de la canasta de flores, un objeto con el cual se perdería la ¨morbosidad¨. También es curioso la reproducción del símbolo de Esculapio hacia los lados. Las alas del ave del símbolo se ven como hojas, en un claro disimulo, y la cabeza del ave se reemplaza por un canasto de frutos o flores. 
Tan habituado estaba a leer y escuchar que la casas del Virreinato estaban encaladas, que tarde mucho en admitir que los papeles pintados encontrados en legajos del siglo XVIII, en el Archivo General de la Nación, correspondieran al utilizado para decorar las casas en esa época. Sin embargo, a medida que los hallazgos se generalizaban y la colocación de los mismos confirmaba más y más que tenían que ser productos del siglo, me pusieron en la necesidad de buscar otro tipo de información para conjugar con los hallazgos. .
Una fuente rápida de aclaración de dudas fue el avezado historiador don Alberto M. Salas. Él me confirmó, sin dudar, que era corriente el uso de los papeles pintados en las casas porteñas. (...)
Es cierto que César Hipólito Bacle en su serie sobre Trages y Costumbres de la Provincia de Buenos Aires documenta gráficamente la utilización, hacia 1834, de papeles pintados en los aposentos de la ciudad. Tambien  es que, después de 1810, los registros de navíos certifican a cada paso la entrada del género, como procedente, en la mayoría de los casos, de Francia, Inglaterra o Estados Unidos.
También es verdad que como consecuencia de su utilización en el momento, encontramos en periódicos de la época avisos como éstos:
Se alquila un cuarto empapelado, bastante capaz, al saguan de una casa de familia, es propio para habitación de un hombre solo, o bien para bufete de algún letrado. Ocurrase a la calle de Cuyo N°483. Quien necesite un hombre para empapelar alguna casa, ocurra a La calle Belgrano del café de la Aduana al acabar la cuadra para el río.
Continuando con una visión retrospectiva del tema encontramos en la tasación de los bienes de Diego Ramirez que se estima: "para el papel de las paredes de la sala, bastante usado, 2 ps., 4 rs" .
Una embarcacion procedente de Cádiz y que arriba a Buenos Aires  el 17 de febrero de 1806, traía papeles pintados en algunos cajones.
En el partido de Pilar, el inventario de los bienes de Lucía la Madrid consigna: "4 piezas de papel pintado a doce rs. 6 p.", en 1806.
Un recibo suscripto en Buenos Aires el 13 de junio de 1806 dice: "He recibido de Don Antonio del Yerro la cantidad de seiscientos veinte y siete pesos importe de cuatrocientos cincuenta y seis piezas de papel pintado que me ha comprado". Lo firma Juan de la Iguera.
También en el testamento de Maria Josefa Maestre, fechado en Buenos Aires el .16 de febrero de 1799, entre los bienes que declara, se anota: ¨...una pieza de papel pintada... .¨
En un recibo de dote otorgado por don Juan Angel Goycolea a favor de Da. Benita de Segurola, en Buenos Aires, el 17 de agosto de :
1792 se consigna: "...por empapelar su dormitorio 69 pesos ¼.¨

EI Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición llegó a inquietarse en algún momento por los dibujos de algunos papeles, como se deduce de la siguiente cita:
Entre los rollos de papel pintado que por ese entonces [fines del XVIII] llegaba ya en abundancia a Buenos Aires, solían venir algunos con figuras paganas, ya un Hércules, ya una Venus, que había que quitar. 'He tenido que hacerlos menudos pedazos, decía Ortiz, pues a juicio de más de un sujeto docto, no podían tolerarse, ya por sus alusiones y ya par su desnudez; particularmente una, al parecer Venus, estaba intolerable'. 'En otros papeles pintados que han venido de Barcelona, añadía, he visto y recogido horror de figurillas y alusiones que me parece pueden causar ruina espiritual. Tal es uno donde, al parecer, se representa el globo terráqueo rodeado de flores y una figura, al parecer Cupido, que vuela sobre é con un mechón encendido, que, según parece, va a abrasarlo en su impuro fuego.
Las alusiones que hace Ortiz en su carta, la referida a la procedencia catalana de los papeles y sobre todo aquello del atrevimiento de las figuras, podemos ilustrarlo con dos fotos de originales hallados en legajos del Archivo General de la Nación, aunque con el demérito de no poderse traducir con el hermoso colorido que tienen.
Para terminar este trabajo en el que he querido documentar sumariamente el uso de los papeles pintados en la vivienda del Buenos Aires virreinal, conviene recordar que dice Gillespie en sus observaciones reunidas durante su residencia aquí, de los años 1806 y 1807: 'Tres mañanas después que la plaza fue reconquistada, se congregó
una gran turba frente a mi casa, cuando felizmente había salido, y destruyó todo lo que no pudo llevarse. Hasta el papel de las paredes "
Lea el libro de José Antonio Wilde:

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