Arch. Myriam B. Mahiques Curriculum Vitae

Tuesday, October 11, 2011

La acumulación de objetos en la vivienda: ¿desorden compulsivo?

Foto filtrada. Archivos personales

Estuve leyendo con interés una nota de Josefina Salomón para La Nación, acerca de acumular compulsivamente objetos en una vivienda o por el contrario, vivir en el minimalismo.

¨En el departamento, ubicado en un barrio céntrico de Buenos Aires, no hay más que cosas. El oscuro pasillo de la entrada, con las paredes chorreadas de historia y nicotina, lleva, tras unos diez pasos, a lo que en algún momento fue un living, donde apenas hay lugar para pararse.
En cada rincón, pilas de revistas, diarios viejos, teléfonos de Entel, muebles rotos y una pared prefabricada que esconde otra habitación, repleta de más cosas.
La única lamparita que funciona en la cocina deja ver, aun con una luz mínima, lo que allí habita: paquetes de fideos viejos, bolsas repletas de algo, una heladera que no se sabe si funciona.
Detrás, una puerta cancelada con un pedazo de cartón esconde otras dos habitaciones, rellenas de cajas, bolsas de consorcio con lo que algún día fueron hilos, plásticos, juguetes, muebles viejos, rotos, cajas de medicamentos, ropa sucia.
"Son cosas que algún día usaré," dice Pedro, su dueño.¨

Foto filtrada. Archivos personales

Lo interesante, es que casi todos acumulamos cosas, en mayor o menor medida, y este comportamiento queda disimulado en la cotidianeidad, hasta que se vuelve enfermizo y afecta el ambiente de  la misma casa, que se transforma en ¨no saludable¨. Mientras leía, recordaba un caso que una vez me tocó vivir con una cliente en California, quien nos contactara para una legalización de ampliaciones ilegales en su casa, en una zona histórica. La casa estaba absolutamente atestada de objetos de arte, al punto que no había ni lugar en la cocina, no se podía caminar, ventanas y puertas habían sido bloqueadas, dejando un paso para cocinar algo rápido, ir al baño que sólo tenía los artefactos libres y pasar a la cama.
Supuse que tal vez su cultura de Medio Oriente la llevaba a juntar tanto arte, pero un día me llamó el inspector de la Ciudad y me pidió que fuera a verlo, con toda la documentación que tuviera sobre la casa en cuestión. Recuerdo que trajo sus propias fotos y empezamos a compararlas, en pocos días, la señora había hecho otros cambios, a veces mínimos, como bloquear los herrajes de las ventanas, para que no pudieran abrirse.... Nos miramos con asombro y dijo ¨ésto es como el de un cuento que leí una vez, el personaje cambiaba y obstruía los espacios de su vivienda, constantemente, yo creo que es una enfermedad¨.
El caso, siguió con abogados, denuncias de vecinos, llamados y reuniones que hubimos de atender para dilucidar qué podría quedar legalizado y qué no. Finalmente, viajó el hermano de la señora desde Europa, demolió las obras insalvables -condición para aprobar los planos-, y me confesó que su hermana estaba enferma, hospitalizada y que por favor guardara conmigo los viejos planos originales de la propiedad, que por supuesto llevo conmigo en cada mudanza. 
El artículo también explica:

"El acumulador típico es quien colecciona diarios, revistas, libros, ropa, computadoras, cualquier cosa, de forma compulsiva. Se apegan emocionalmente a los objetos y no tienen la capacidad de tirar nada, porque esas cosas con las que se rodean los hacen sentir más seguros", explicó a LNR Satwant Singh, un terapeuta británico especializado en trastornos de acumulación compulsiva.
"La vida que llevan fuera del hogar puede ser completamente normal. Podés estar sentado junto a un acumulador compulsivo y no saberlo hasta que ves cómo vive. La acumulación compulsiva es una afección médica. Para cualquier persona, una silla es una silla, pero para alguien que sufre de acumulación compulsiva, esa silla tiene un significado emocional mucho más grande. Tanto que es casi imposible deshacerse de ella", agregó Singh.
Según el especialista, no existe un perfil definido del acumulador. El síndrome afecta a hombres y mujeres, jóvenes y adultos, personas con muchos recursos y con menos. Lo que es común a todos los casos es que a causa del tabú que genera, pocos hablan del tema públicamente.
En casos leves, afecta a personas que logran continuar su vida con aparente normalidad. En los más extremos, impide que la persona lleve adelante una vida social y familiar y puede crear complicaciones físicas profundas.
Uno de los casos más públicos en el Reino Unido fue el de Edmund Trebus, un hombre de origen polaco que murió en 2002 en su casa de Londres atrapado entre bolsas y pilas de cosas, viviendo en el único espacio libre, un rincón de la cocina.¨

Creo que en el apego emocional reside el mal; como dice Singh, no me había dado cuenta de la situación hasta que comparamos fotos y notamos los cambios sucesivos.

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