El día 24 de mayo de 2013, el diario
La Nación on line ha publicado un artículo sobre el Dr. Umberto Eco (F1) desde
Burgos, España, quien hiciera una declaración que ha desatado una fuerte controversia
entre los lectores argentinos. Reproduzco aquí dos párrafos del mismo:
¨El
excesivo número de alumnos y la sustitución del papel del docente por Internet
son los principales problemas de las universidades, sostuvo el escritor Umberto Eco, para
quien estas instituciones académicas deben ser "para una elite" como
recordó que fue en sus mejores épocas.
"El
exceso de alumnos entorpece la actividad académica y aboca a las universidades
a la crisis", mientras que "la progresiva influencia de las nuevas
tecnologías ha modificado la relación de los alumnos con los profesores,
especialmente a raíz de la explosión de Internet, desde donde se puede acceder
a mucha información, lo que en parte sustituye al papel del docente",
sostuvo en conferencia de prensa.¨
F1. Dr. Umberto Eco
Habiendo yo pasado por todas las instancias, estudiante,
docente, madre de hijos estudiantes, en Buenos Aires y en California, he tenido
oportunidad de evaluar los pro y los contra de las regulaciones extremas: la
universidad gratuita y la excesivamente onerosa.
Voy a basarme en la FADU (Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo de Buenos Aires) (F2), mas entiendo que en toda Argentina,
los profesores nunca han sido reconocidos en su categoría docente, con un
sueldo acorde a su profesión; es bien conocido que un profesor adjunto, puede
tener un cargo asignado por la cátedra, pero oficialmente cobra como docente de
segunda o trabaja ad honorem, como es mi posición actual de investigadora
formada. Aquéllos que tienen más inquietudes académicas, participan u organizan
grupos de proyectos, que son arancelados, lo que genera serias competencias
interinas.
F2. FADU
La falta de presupuesto asignado a las universidades,
sumado a la falta de aranceles, provoca esta ansiedad a la asignación monetaria
por el ¨proyecto,¨ de quienes se resignan a ejercer la docencia dentro y fuera
de los claustros, porque no se llega a tiempo, en épocas de entregas, a atender
a grupos masivos, dentro de los cuales, muchos alumnos están en la universidad flotando
a la deriva, sin ansias de progreso, imbuídos en actividades políticas (F3)
sólo para ocupar el tiempo ante la ausencia de fuentes laborales. Cabe
objetarse, por qué los profesores harían ese sacrificio? Pues, la vocación, el
amor a nuestra carrera, siempre está por encima de todo.
Difícil es la discusión acerca de presupuestos
nacionales, si los hospitales están en peores condiciones, qué organizaciones
debieran ser privilegiadas, con arcas vacías y la corrupción política, no se ve
solución.
F3. Centro de estudiantes, FADU
Veamos la otra cara de la moneda. Los jóvenes en EEUU
asisten en su gran mayoría a escuelas públicas; desde sus primeros años en la
secundaria, se les enseña a disertar y escribir, a investigar más allá de las
publicaciones en Internet, lo que será
importante a la hora de postularse para becas.
Los colegios son gratuitos, incluso los libros y gran
parte de los materiales; llegado el fin de curso, si el alumno alcanza un
promedio alto, puede solicitar ser admitido en alguna universidad de su
elección. He aquí el punto crucial: la universidad tiene el derecho de
admisión, y un alumno mediocre, no puede acceder, por más dinero que posea la
familia, para pagar carreras universitarias que están en el rango de los
$100.000 (léase dólares) y más aún.
Sin embargo, hay una solución intermedia: el college (F4),
que funciona como las ¨stepping stones;¨ el alumno asiste al college pagando un
módico arancel mensual, refuerza las materias que necesita, avanza, y si lo
desea, logra un título intermedio con salida laboral.
Algunas de estas materias están reconocidas en las
Universidades, lo cual abarata el plan de estudios, que, para quienes no tienen
los medios, es a largo plazo.
F.4. Lecture Hall, Cypress College
Los estudiantes comienzan a trabajar a los 16 años,
mediante un permiso del colegio, y de allí en más, acumulan sus ahorros en
bancos internacionalmente conocidos, que evalúan el progreso de los
adolescentes para –en años venideros- ofrecerles préstamos de estudios,
tarjetas de crédito, lo que necesiten para estudiar. Para los ciudadanos y
residentes permanentes, también hay préstamos del Estado pagaderos mensualmente
a partir de los seis meses en que el alumno se ha recibido; si el alumno
abandona -incluso temporalmente- los estudios, se le retira el préstamo y ya
debe comenzar a pagar.
Una última opción, que a veces es oportuna para
estudiantes extranjeros, son las becas privadas, como las de dependencias de la
fundación Getty, Coca Cola, entre otras.
La diferencia con nuestras aulas, es que los profesores
pueden con su sueldo (y deben) ocuparse full time, sin distracciones de
segundos y terceros trabajos para sobrevivir, el alumno madura más rápido al
tomar responsabilidades financieras y descubre la importancia de la profesión.
En sencillas palabras, no va a la facultad a perder su tiempo y los que llegan
a la meta, son los mejores.
Todo ello da como consecuencia que si bien los que se
reciben son menos, por el contrario, las oportunidades de trabajo son mayores,
mientras otros están dispersos en carreras no tradicionales, las opciones y
ventajas son muchas.
Finalmente, nótese que la universidad de elite se
sustenta en la ayuda del Estado y fundaciones. Sin su apoyo, sería imposible
pensar en aranceles, que considero realmente necesarios para lograr, en última
instancia, mejores profesores y alumnos, como profesionales y personas que no
necesiten bloquear los pasos de otros en pos de su propio beneficio. (F5)
F5. Calstate Long Beach
Arq. Myriam B. Mahiques, 25 de mayo de 2013
REFERENCIAS FOTOGRÁFICAS
F1. Dr. Umberto Eco. Foto archivo La Nación, publicada en
el artículo de referencia.
F2. FADU. Foto publicada en el artículo
F3. La politización de la FADU a través de su Centro de Estudiantes. Foto
de
F4. Lecture Hall en
Cypress College Fine Arts. Foto de Vera Makianich
F5. Vista aérea de un sector del campus de CalState Long Beach, California.
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