Estaba leyendo un artículo traducido de William Yardley en el diario Clarín, sobre la muerte de Pedro E. Guerrero, quien fuera el fotógrafo exclusivo de Frank LLoyd Wright, y la historia es tan simpática que comparto la primera parte de la misma. Me quedé pensando en lo que es el destino, un muchacho que vivía cerca de Wright y, obviamente, tenía talento para la fotografía:
Pedro E. Guerrero, ex estudiante de arte que había abandonado sus estudios, se presentó en la polvorienta entrada de la casa de Frank Lloyd Wright en 1939, audazmente se autodeclaró fotógrafo y pasó el siguiente medio siglo trabajando estrechamente con él y registrando en película la arquitectura modernista, murió el jueves 13 de aeptiembre en su casa de Florence, Arizona, a los 95 años. Su hija, Susan Haley Smith Guerrero, confirmó su deceso.
Guerrero tenía unos 20 años cuando su padre, pintor de letreros, lo exhortó a que dejara de holgazanear en la casa familiar de Mesa, Arizona, y probara suerte presentándose ante Wright, que acababa de mudarse a la zona. “Me dijo: ‘¿Por qué no vas a ver a ese fulano Wright en la colina?’”, contó Guerrero en una entrevista con The New York Times en abril. “Cuando me presenté allí por primera vez, Wright quiso saber quién era yo. Le dije: ‘Me llamo Pedro Guerrero y soy fotógrafo’. Nunca me había presentado de esa manera. Él me dijo: “Entra y muéstrame qué puedes hacer’.”
Guerrero, que había estudiado fotografía antes de abandonar los estudios en la Art Center School de Los Angeles (ahora llamada Art Center College of Design), mostró su relativamente reducida carpeta –Wright tomó nota de varios desnudos femeninos- y rápidamente se entendieron. “Al ver las obras del Sr. Wright en el desierto, decidí tratarlas como si fueran esculturas”, agregó Guerrero. “Eso le gustó mucho.”
Durante los siguientes veinte años, hasta su muerte en 1959, Wright puso toda su confianza en Guerrero, considerándolo su fotógrafo exclusivo. Guerrero, a su vez, se enamoró de la obra de Wright y con frecuencia viajó a fotografiar sus edificios. (Dijo que el living de Taliesin, la aclamada casa de Wright en Wisconsin, era la habitación más hermosa que hubiese visto). También tomó una serie de fotografías famosas de Wright explicando los principios de la arquitectura con sus manos.
Su sociedad llevó a otros artistas a convocarlo, entre ellos los escultores Alexander Calder y Louise Nevelson, y la carrera de Guerrero prosperó. A comienzos de la década de 1950, vivía en New Canaan, Connecticut, para estar cerca de Nueva York. En aquella época, muchos arquitectos modernistas se estaban mudando a la zona y construyendo estructuras que serían un hito, como la Casa de Cristal de Philip Johnson en esa ciudad. Guerrero fotografió la obra de Johnson así como la de Marcel Breuer al tiempo que trabajaba en forma independiente para Harper’s Bazaar, House and Garden, Architectural Forum y otras revistas. Sin embargo, cuando Wright lo llamaba, todo lo demás debía esperar.
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