Mercado callejero en Totonicapan. Imagen http://imagecache6.allposters.com/
Anoche miraba en TV un capítulo de los Simpsons, no estoy segura de qué temporada, donde Springfield se llenaba de inmigrantes noruegos y sus descendientes americanos. Todo marcha bien en un principio, como dice Homero, ¨Uds hagan el trabajo que nosotros no queremos hacer¨, pero luego, comienzan los problemas de superpoblación y transculturación, con las consecuencias lógicas del caso, hospitales abarrotados, falta de trabajo, discriminación racial, etc. En el punto crítico de la crisis social, los lugareños deciden construír un muro para evitar que sigan cruzando la frontera (les resulta conocida la historia, verdad?). Pero…..quién construiría el muro?. Los ciudadanos de Springfield, concluyen que ellos no saben cómo hacerla, entonces, votan por contratar a los noruegos, para que entre todos la levanten. Finalmente, el trabajo comunitario los hermana, y el conflicto se resuelve en una gran fiesta.
Un episodio muy divertido y duro a la vez, que muestra los problemas y ventajas de la inmigración ilegal. Repito, ventajas también, porque a pesar de las pancartas y protestas, muchos hay que contratan mano de obra gratuita o barata de inmigrantes. Y parece que ni George Bush se ha salvado de la crítica, una nota del 2005 en Los Angeles Times, publicaba que su servicio de cocina en su rancho en Texas, contaba con algunos trabajadores ilegales, a los que Bush hacía ojos ciegos, porque –según el diario- él se había criado en tierra de ilegales (Texas).
Un ¨monstruo¨acecha a los lugareños y turistas en las calles de San Cristóbal, Totonicapán, Guatemala, durante festividades. Foto de http://www.ethankbirchard.com/i
Para el que desee avanzar profundamente en el tema, recomiendo leer al sociólogo Mike Davis. Tengo conmigo tres de sus libros: Planet of Slums, Magical Urbanism y City of Quartz. De ellos, rescato para este post, una historia que reproduce de Robert Suro, en su capítulo ¨Transnational Suburbs¨, pág. 97 y 98.
Dice Davis, que algunos empleadores estadounidenses, han explotado las ¨externalidades positivas¨, como reclutar mano de obra gratis, pero también tomar la ventaja de contratar grupos altamente organizados, productos de migraciones comunales; Suro cita el caso de Randall´s, una almacén mayorista de Houston que ha reclutado más de 1000 trabajadores (todos ellos evangélicos) desde las villas cercanas de Totonicapán, en las tierras altas de Guatemala. Entre autopistas y calles con locales comerciales, Suro encontró una villa Maya, inmersa en conglomerados de viviendas bajos, estilo georgiano. El lazo con Randall´s y Houston se ha vuelto tan vital para Totonicapán, que ha devenido en una suerte de ritual religioso: cada julio, por años, los mayas han celebrado un festival de una semana en las estrechas calles de San Cristóbal. Y cada año, los expatriados de Houston han hecho un evento de su regreso a su casa en vacaciones. Los viajes de regreso, se han ritualizado, como una fiesta en sí mismos, y la inmigración al Norte es conmemorada a lo largo de las cosechas, los santos y las estaciones del año. En el último día de fiesta, el pueblo entero se congrega para ver un partido de fútbol entre el equipo de los mayas de Houston y los nativos all-stars. Y así, cuando las festividades terminan, el canal entre Texas y Totonicapán se vuelve más ocupado y eficiente.
He aquí un buen ejemplo, como la celebración en Springfield…
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