Foto perteneciente al estudio Pelli Clarke Pelli
Del artículo de Rafael Mathus Ruiz para la Nación:
NUEVA YORK.- "Lo diseñé con la idea de que fuera algo adonde me hubiera gustado ir cuando era chico. Ojalá hubiera habido algo así en Tucumán. No había nada que se le pareciera."
Así resume el arquitecto argentino César Pelli el motivo que lo inspiró para dar forma, primero en el papel, al nuevo edificio del Museo Nacional de los Niños, que se construirá en National Harbor, cerca de Washington.
Más allá del goce inherente a la fantasía, Pelli reconoce, durante una entrevista con La Nacion, que viajar al pasado fue una tarea ciertamente compleja. "No es nada fácil ponerse de nuevo en la mente de un chico de 7 años. Es mucho más difícil de lo que parece. Hay que hacer un gran esfuerzo para recapturar cosas que se perdieron hace mucho. Es interesante la prueba. No pasa así nomás, pruébelo y se va a dar cuenta de que uno se ha olvidado casi plenamente lo que era tener 7 años", desafía.
Foto perteneciente a Pelli Clarke Pelli
Inaugurado en 1974, el Museo Nacional de los Niños tiene como misión primordial inspirar a los pequeños a preocuparse por el mundo y "tratar de mejorarlo". El museo planea mudarse al edificio diseñado por Pelli en 2013, cuando el nuevo centro cultural y educativo, que según se espera atraerá unos 600.000 visitantes al año, esté terminado.
"Este proyecto fue muy divertido, y el cliente fue fantástico, muy claro, expresó muy bien lo que quería. Nos dio un gran apoyo en las ideas que propusimos. Tuvimos muy pocas dificultades. Eso fue importantísimo", dijo Pelli, considerado uno de los arquitectos más influyentes del mundo por obras como el World Financial Center, en esta ciudad, y las torres Petronas, en Kuala Lumpur.
Luz y colores
El arquitecto también se refirió al lugar donde se levantará el museo y dio detalles del proyecto. "Estamos muy contentos con el terreno, que nos permitió diseñar un edificio libre, con mucha luz. Hemos diseñado seis alas, todas unidas, de colores, formas y materiales diferentes. El museo es un poco como lo podría concebir un niño, creo que va a tener una buena respuesta en ellos", apuntó.
Con un costo cercano a los 200 millones de dólares en un espacio de casi 14.000 metros cuadrados, el museo tendrá un espacio para juegos al aire libre y exposiciones que resaltarán las seis áreas de contenido básico -el medio ambiente, la salud y el bienestar, el juego, el compromiso cívico, las artes y las culturas del mundo-, creadas por tres firmas de diseño: Amaze Design, Roto Studios, y Aldrich Pears.
Pelli enfatizó la idea de vincular a los niños con el ambiente y que se sientan miembros de la comunidad global y protectores de la naturaleza.
El arquitecto se refirió también al desafío de seducir a un niño en la era de Internet y los juegos electrónicos. "No es un museo en el sentido común. Es un lugar de educación y entretenimiento. Va a depender mucho de los docentes. Va a haber gente para guiar a los chicos. Tiene un propósito educacional. Muchas de las cosas que están siendo exhibidas son interactivas. Los chicos tienen que hacerlas andar. Son todos elementos en que los chicos tienen que participar", señaló.
Pese a sus pergaminos, Pelli debió enfrentar, como todos sus colegas, los avatares de la crisis financiera global. "El año pasado fue difícil para nosotros. Este año hemos reemplazado gente y hemos tenido más trabajo. Pero en 2009 teníamos dos proyectos grandes en Dubai, que desaparecieron. Hemos vuelto al nivel que teníamos antes de la crisis. Nosotros ya nos hemos recuperado. Pero sé que hay otras firmas que siguen sufriendo", concluyó.
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