Fachadas en La Boca, foto de Myriam B. Mahiques
Hay diversas formas de analizar una ciudad, y una de ellas es la denominada “paisaje de la calle”.
En 2002 me encontraba en plena investigación sobre la Boca y, recorriendo sus calles, entendí que hay diversos modos de leer la morfología urbana a través de distintas abstracciones de elementos típicos de dudosa interpretación pintoresquista, de contaminación ambiental o ¨desequilibrio paisajístico¨.
Porque si puedo ¨leer¨ una morfología en planta, tomada de una fotografía aérea, me preguntaba, es esta acaso la percepción del habitante o visitante de La Boca?
¿Porqué leer entonces el barrio solamente como una gran masa con huecos, si hay –entre otras- una sub-lectura lineal compuesta por objetos industriales ensamblados como cables, postes, caños, estructuras de barras, sogas, etc?
Veamos algunos ejemplos: los cables van atando las manzanas, así como las sogas amarran los barcos, en un paisaje de caños que todo lo rodea, desde las vías recortadas en las calles, hasta el agua, pasando por las elevaciones de fachadas.
Fachadas en La Boca, foto de Myriam B. Mahiques
Costa del Riachuelo. Foto de Myriam B. Mahiques
Esta fisonomía ha dado en llamarse ¨contaminación visual¨, y no sólo en referencia a proliferación de los elementos mencionados, sino también concretamente a los barcos hundidos. A mediados de Julio 2001, el diario Clarín mencionaba que habían comenzado operativos para reflotar o remover barcos hundidos cuyo objetivo técnico era en primer lugar el escurrimiento de las aguas, en segundo, ¨restarle contaminación visual al barrio de la Boca, el más visitado por los turistas extranjeros¨ (Clarín on line, 27 de julio 2001)
El 23 de Junio de 2008, una noticia similar se vuelve a publicar. Con las conocidas palabras del aviso del 2001, se comenta que la ley de Navegación sancionada en 1973, no les permitía retirar los barcos abandonados en el Riachuelo. Esta norma fue modificada en marzo 2008 ya que ¨pasó (Prefectura) a tener en cuenta la protección del medioambiente y el libre escurrimiento de las aguas... La ventaja inmediata de eliminar los barcos inactivos es que se terminará la polución visual en una de las zonas de Capital más visitadas por el turismo, por ejemplo.¨ (DERF Agencia Federal de Noticias, 23-06-2008). A partir de allí, Prefectura pudo intimar a los dueños de las embarcaciones a retirarlas. De no ser así, pasaría a manos del Estado, que podría retirarlas por ellos. Se ha confiado que para 2009 el operativo se concluya. De ambas noticias se desprende que el paisaje, más allá de ser el típico histórico, es la consecuencia de los ¨grandes problemas¨ económicos del país. Para los propietarios de los barcos ha sido más barato abandonarlos que reflotarlos y venderlos como chatarra.
Barcos abandonados. Foto bajada de flickr yahoo en el link ¨cementerio de barcos¨
Barcos abandonados. Foto bajada de flickr yahoo en el link ¨cementerio de barcos¨
Sería interesante verificar cuántos vecinos han considerado postes, cables, barcos, etc, como contaminación visual. Personalmente, a veces he visto como pintoresquista lo que técnicamente es considerado como contaminación visual. Y esta interpretación se vuelve obvia cuando vemos una ciudad completamente distinta y surge la comparación. La primera sensación al caminar por Los Angeles, downtown, fue de elementos ausentes, al principio dudando cuáles, y luego, la comprensión de una ciudad maqueta se nos presenta repentinamente. Téngase en cuenta que sólo hablamos de aspectos pintoresquistas y de ninguna manera consideramos que las miles de toneladas de hierro hundidas en el Riachuelo y los desechos no sean consecuencias lamentables de tantos años de desidia y abandono.
Mientras tanto, pretendemos no ver solamente los aspectos estéticos sino también percibir el espacio como se nos presenta, abrirse a los sentimientos que se despiertan, y ver con otros ojos la ciudad que se ha recorrido tantas veces entre objetos asequibles a todos los vecinos. En una escala de detalle, la ciudad está conformada también por formas procesadas que son ejemplares ineludibles en los recorridos barriales: chapas, puentes, embarcaciones... La presencia física de estos objetos industriales en el entorno urbano, tiene su correlato en las pinturas del paisaje urbano boquense. (G. Marincoff, p.1). El objeto industrial se define como toda estructura, elementos o artefactos prácticos que resulten de la producción fabril. El trabajo de Marincoff relaciona su uso con la producción pictórica clásica de la escuela Boquense.
Se ha creado así una indentidad visual generada por la persistencia de objetos industriales tradicionales que son parte del entorno sin lugar a duda y más allá de toda ¨limpieza¨ ambiental propuesta. Marincoff lo define como un conjunto coherente de mensajes acerca de la vida cotidiana en el entorno construido durante la época en que éste desarrolló plenamente sus características de puerto habitado por trabajadores inmigrantes. Y yo hago extensiva la definición al día de hoy, en las reminiscencias decadentes del paisaje urbano. La identidad visual no es una sumatoria de materiales y objetos sino la percepción que se impone en los usuarios del barrio. Dado que menciono identidad visual, pareciera que esta identidad percibida por la visión se plantea en desmedro de los otros sentidos. Sin embargo, hemos de incluir otros sentidos que nos permiten comprender las texturas (por ejemplo, la madera tallada, los pliegues de las chapas), los olores, los sonidos típicos del lugar.
Es imposible separar las cualidades estéticas encontradas en los objetos del barrio. Si la estética y el orden (en sentido matemático) se combinan en modelos (patterns) se creará un balance unificado de efecto perceptual que contiene un valor agregado para el habitante. El significado que el grupo social que habita el barrio, le da al paisaje.
Al respecto, la Dra. Graciela Silvestri explica claramente que
¨para convertir un ensamble de objetos naturales y artificiales en paisaje, es necesario un trabajo social de cierta duración temporal. Aunque potencialmente un grupo de casas, un farol en esquina, un cielo y una calle, pueden ser observados como paisaje, tal conjunto no posee por sí mismo valor: debe existir un acuerdo en la misma comunidad cultural acerca de los significados que transmite¨. (G. Silvestri, p.41, 2003.)
Las casas multicolores de chapa y madera, sumadas a los elementos industriales contribuyen a otorgar una identidad muy peculiar al barrio. Cambiando de escala, la compleja estética se refuerza con esculturas, carteles, balcones de múltiples formas geométricas, colores. Veamos que las esculturas originadas por los genoveses, avanzan al agua en las proas de los barcos. Pareciera que el paisaje típico no termina en tierra, sino que avanza hasta donde nos alcanza la vista, hacia el Riachuelo. Antonio J. Bucich lo explica así: ¨En La Boca de mediados de siglo pasado florecía poco menos que instintivamente el anhelo de expresión estética. Era el afán de conquistar, aún rudimentariamente, la belleza plástica. Eran nombres, casi siempre de estirpe italiana. Un Francisco Parodi, por ejemplo, escultor nacido en Génova que modelaba ¨pulenas¨-en dialecto ligur así se nombraba a las figuras que se colocaban en las proas de las embarcaciones-, fue uno de los primeros animadores de ese rincón marinero. Lo seguirían otros poseídos por el mismo espíritu creador.¨(Boletín Techint, No249.1987, p.16)
Estan muy bonitos estos paisajes de verdad te felicito mucho estare al pendiente
ReplyDeleteHola Costa Rica R., me alegra que te guste el post, y gracias también por visitar el otro blog de literatura. No sé si conoces La Boca, es un barrio muy especial. Tengo un amigo norteamericano que viajó a Bs As, fue a La Boca, y según él, allí comió la ¨mejor pizza de toda su vida¨ :)
ReplyDeleteSaludos!