Arch. Myriam B. Mahiques Curriculum Vitae

Thursday, March 18, 2010

Chinampas -islas flotantes mexicas- o Acamapichtli -primer tlatoanitenochca-

Islas de Tenochtitlan. Imagen bajada de Google images.

Cuando los conquistadores españoles arribaron a Tenochtitlan, se sorprendieron gratamente de los grandes jardines de Montezuma, que eran irrigados por medio de canales, a través de los cuales se trazaban caminos para que los visitantes disfrutaran de la naturaleza. De acuerdo con Cervantes de Salazar, los jardines contenían hierbas medicinales y aromáticas, rosas nativas y árboles variados de flores fragantes. Se dice que Montezuma no permitía a sus jardineros cultivar plantas comestibles, ya que estos menesteres se reservarían al sustento de las clases bajas. Por lo tanto, los jardines de Montezuma eran destinado al placer sensual y a colección de especies de todo el imperio.
Sin embargo, hemos de notar que el aspecto más fascinante de los cultivos, es que se producían ingeniosamente bajo el agua, ya que Tenochtitlan, (actualmente ciudad de México), fue fundada en un lago.
Estos cultivos han estado íntimamente ligados a la construcción de edificios. Creo que una hermosa visualización del tema, ha sido lograda por el arquitecto Ignacio González, en su cuento Chinampas -islas flotantes mexicas- o Acamapichtli -primer tlatoanitenochca-, que aquí reproduzco con su permiso.

Chinampa. Imagen de Google images.
Representación renderizada de las islas de Tenochtitlan. Imagen bajada de Google images.



Todos querían seguir al patriarca Macatlalihue. Se sabía que sus antepasados tecuhtli, todavía en los pantanos aledaños aAztlán-Chicomóztoc, eran reconocidos por las balsas-islas en las que sembraban maíz y cacao.

La invitación a los atlaca chichimecas que se encontraban dispersos por todo el valle central había llegado a oídos del noble, quien era además uno de los pocos sobrevivientes de Chapultépec y Tula, y él, al fin guía pipiltzin, la hizo extensiva a todos sus primos tizapeños del señorío culhua.

Las crónicas refieren un enfrentamiento en el que la corte militar de Culhuacan los obligó a retirarse de Tizapán hacia la zona lacustre meridional, pero los atlaca chichimecas, que para entonces ya se hacían designar mexitin ("gente de Mexi o nuestro señor Huitzilopochtli"), se infiere que fácilmente hubieran triunfado en cualquier forma de batalla.

De aquí que la elección del islote rodeado de lagos y pantanos, se cree que no fue solamente debido a la señal divina (del águila devorando una cascabel), sino al factor económico en los productos lacustres y a la facilidad de defensa pero, sobre todo, al aspecto ideológico, al recrear el lugar de origen y la forma en la que concebían la vida. Macatlalihue repartió tierras, aunque mejor sería decir: agua y pantanos, asi como algunos islotes.

Sus primos aprendieron, no sólo a construir y botar trajineras y canoas, sino también el importantísimo y vital artificio de la chinampa, caracterizado por la ganancia terrestre al lago, mediante la paciente fabricación de entretejidos naturales con raíces resinosas y la minuciosa selección y el cernido de finas arcillas que se convertirían a la postre en resistentes pero porosos y cultivables estucos.

Islas artificiales con superficie propicia para las labores agrícolas mexicas y que, gracias a las renovadas raíces de constantes cosechas y sembradíos frecuentes, endureció de forma tal que pudo recibir la construcción de enormes y pesados palacios, así como de las moles monticulares que honrarían a las más importantes deidades.

Callitepletzin, uno de los primos del patriarca, había llevado consigo a una bella joven culhua que era el centro de atención del señorío por su noble ascendencia. Ella se sabía proveniente de la antigua ciudad de Tula y portadora del estandarte dinástico, que llevaba más de once generaciones de transferencias, a la espera del renacimiento del poder central tolteca.

Así que la muchacha fijó sus expectativas en uno de los hijos del guía Macatlalihue con el que contrajo segundas nupcias.

De este enlace nació Acamapichtli, quien con toda la nobleza ancestral, iba a ser el primer tlatoani tlacatecuhtli de los mexicas en la naciente ciudad Estado de Tenochtitlan.

El monarca aplicó las enseñanzas recibidas por la vía oral de los antiguos consejeros de Huitzilíhuitl, quien había gobernado en Chapultépec tiempo ha, motivo por el que uno de sus hijos llevó dicho nombre y fue por cierto el segundo emperador tenochca.

Para quienes deseen leer otros cuentos del arq. Ignacio González

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