Foto: archivos de La Nación
Publicado hoy en el diario argentino La Nación, sección cultura:
VENECIA ( El País ).- Existen en Venecia iglesias para cada santo, profeta, ángel o apóstol. En total, suman 100, dispersas por las plazas y las islas de la antigua ciudad, pero su futuro es preocupante. En los últimos cinco años, diez parroquias han debido ser cerradas porque constituyen una amenaza para la seguridad del público. Otras diez corren el riesgo de poner candado a sus portones si no llegan los recursos para financiar su mantenimiento. La situación es "grave", advierte monseñor Antonio Meneguolo, director de la curia veneciana para la preservación de los bienes eclesiásticos.
"En el pasado, las familias ricas financiaban el mantenimiento de las iglesias; hoy debemos sostener su buen estado con la limosna de los fieles, que apenas alcanza para pagar la electricidad, el gas y el sacristán", dice. Venecia corre el riesgo de transformarse en una ciudad museo, pues los residentes son sólo 60.000. "La mayor parte de los fieles son ancianos, alrededor de 20.000, sin grandes posibilidades económicas", dice Meneguolo.
Fisuras de varios centímetros en las paredes, filtraciones de agua por techos y muros, escaleras y campanarios clausurados por peligro de derrumbe, pedazos de mampostería a lo largo de las paredes son algunas de las imágenes usuales de muchas iglesias venecianas.
"No tenemos dinero ni para comprar una alfombra y proteger los mosaicos", dice el párroco de Torcello, monseñor Ettore Fornezza. La entrada a los monumentos cuesta cinco euros, pero no es suficiente para cubrir las intervenciones de restauración de las iglesias.
Turismo para sobrevivir
La basílica de San Marcos financia parte de su supervivencia -la restauración de sus mosaicos contra los efectos del agua es constante- con el turismo, pero la mayor parte de las iglesias depende de los fondos de una ley especial, creada para asegurar fondos del Estado a la preservación de Venecia y su patrimonio.
Sin embargo, desde hace cinco años el dinero para la restauración de las iglesias no llega, asegura Meneguolo. Cada año, la curia debería recibir tres millones de euros para asegurar el buen estado de las edificaciones, por lo que, dice el obispo, faltan 15 millones de euros. El religioso asegura que ese dinero lo ha absorbido el "Moisés", un módulo experimental electromecánico que pretende proteger Venecia de las mareas altas. La ambiciosa obra de ingeniería cuesta 4678 millones de euros y debería funcionar en 2014. "Seguramente tendremos que acudir a las empresas privadas o a la Unión Europea. Alguien tiene que interesarse", sostiene Meneguolo.
El nuevo alcalde de Venecia, Giorgio Orsoni, prometió una nueva ley que "brinde una justa dignidad a este delicado territorio". Tal vez sean necesarias otras estrategias, como las de monseñor Formezza: "Lo único que nos queda es rezar a un santo. Pero millonario".
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